Santiponce acunó y albergó en su suelo a grandes figuras de la historia, como Adriano, Trajano, Scipión, San Isidoro, Martinez Montañés, personajes de la política del arte y del flamenco, como los más coetáneos a nosotros el Orfebre Fernando Marmolejo o la inimitable Rocío Vega “La niña de la Alfalfa”.

Fue ayer, 24 de marzo, cuando se cumplió 125 años del nacimiento de Rocío Vega Farfán, a quien se la conoce en el mundo del flamenco como “La niña de la Alfalfa”. Rocío nació en Santiponce, en la casa nº 14 de la calle El Clavel, como data nuestro vecino José Algaba, en su libro “Santiponce y los Santiponceños”, donde además podemos leer los datos de su padre Manuel Vega Moreno y de su madre Rafaela Farfán Mendoza, y de sus hermanos Manuel y José María.

Rocío Vega, antes de dedicarse al flamenco cantó ópera y zarzuela, pero fue como saetera donde despuntó como una de las más grandes llegando incluso a competir con otros grandes santeros de Sevilla y otros puntos de Andalucía.

Su debut en este cante fue en la Semana Santa de 1916, ante la Virgen del Refugio de San Bernardo, fue este un hecho sin duda transcendental que le cambió la vida, porque desde el Circulo de Labradores y Propietarios en el que se encontraba la oyó cantar el Rey Alfonso XIII que presidía el paso de la Virgen de la Victoria de la Hermandad de las Cigarreras, el mismísimo Rey quedó tan impactado con su voz que incluso la proclamó “La Reina de la Saeta”, facilitándole además una beca de estudios en Madrid.

Su voz recorrió gran parte del mundo siendo una de las grandes cantantes de todos los tiempos. En este 24 de marzo, se cumple el 125 aniversario de su nacimiento. Si quieren conocer más su vida y su obra pueden hacerlo aquí, en el portal «Flamencas por derecho».