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Quedate en casa con la cultura SEMANA ESCOLAR ROMANA JUEGOS CENTURIA

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#QuedateEnCasa-  Juegos y Centuria romana - Cultura Romana

Hoy nos sumergimos en el juego en la vida de los romanos y nos convertimos en hombres elegidos de entre los soldados más valientes, centuriones.

A los niños Romanos les gustaba jugar. Tanto los niños como las niñas romanas, de las clases acomodadas, recibían una buena educación y se les enseñaba (como mínimo) a leer, a escribir y a comportarse como es debido en sociedad. Pero también se divertían y tenían juguetes. Los más pobres trabajaban ayudando a su padre, pero también cuando podían jugaban. Los recién nacidos tenían biberones y sonajeros en forma de animales. Los niños más mayores tenían peonzas, aros, cometas....muñecas de terracota o de madera tallada. Las  niñas imitaban en sus juegos a sus madres. Muñecas de trapo, madera o arcilla existían en casi todos los hogares. Algunas muñecas eran rígidas, otras tenían las extremidades debidamente articuladas mediante alambres o tiras de cuero que unían las diversas partes. Las muñecas de las niñas ricas estaban hechas con oro y plata y disponían de un lujoso ajuar. Los juguetes eran realizados por los propios padres o por artesanos, pero sin que se pudiese considerar una actividad económica.

Entre los juegos que jugaban estaban los juegos de agua y barro, el caput aut naudis (cara o cruz), juegos de azar, orbis (aro que se guiaba con palos rectos o encorvados. Podían llevarse rectos o hacer figuras), pares o nones, la gallinita ciega, trochus (peonza), tres en rayas, las trabas (hueso de las patas de cordero, oveja o cabra,  con seis caras. En el juego se emplean de tres a cuatro tabas. Las reglas del juego eran similares a las de los dados siendo la mejor tirada la venus y, la peor, canis), las canicas. Jugaban a juegos de mesa como Latrunculi (juego sobre un tablero cuadrado y guijarros, similar al ajedrez o a las damas) o loculus archimedius (realización del puzzle de Arquímedes). También jugaban a juegos de pelota (pila), que podían ser de de pelo que  se recubría con lana o se forraba con piel. Y las jóvenes jugaban con reticulum (raquetas), al esferisterio (lugar con diferentes círculos para jugar a la pila. Podían lanzarse la pila para que siempre esté en el aire, o podía hacer un bote), la pila trigonica (se jugaba entre tres colocados en triángulo. Se pasaban la pila entre los tres sin que caiga ni pare) entre otros.

Los jóvenes  realizaban juegos en las termas, gimnasios o en descampados: Equitación, jabalina, lucha, natación, juegos de pelota, saltos de longitud etc.

Los preferidos por los romanos eran los juegos de azar. Llegaban a apostar grandes cantidades de dinero. Además de dinero, se jugaban joyas, objetos preciosos e incluso las túnicas de sus esclavos. Nuestra actual “Ruleta” de los casinos tiene su antecedente en los militares romanos. Utilizaban las ruedas de los carros marcados con números u objetos y en otras ocasiones usaban sus propios escudos. De esta manera se entretenían durante los descansos tras sus largas y agotadoras jornadas, apostando los escasos ingresos que poseían como legionarios.

Mencionando a los legionarios vamos a conocer más de ellos. Conjuntamente con la legión, la centuria fue uno de los conceptos más antiguos del ejército romano.

Las centurias de subdividían en 8 contubernios, la división más básica del ejército romano. Las centurias comenzaron siendo grupos de 100 hombres, después encontramos centurias e 45 hombres, de los cuales 30 eran combatientes y 15 no combatientes. Más adelante en el tiempo, su número se expande a 60 combatientes y un puñado de no combatientes (generalmente eran sirvientes y asistentes de los soldados). Llegado el año 107 a.C. su número se aumenta a 80 combatientes y 20 no combatientes. Julio César crearía centurias de distintos tamaños dentro de un mismo ejército.

El centurión era el hombre que comandaba a la centuria. En un principio, eran elegidos de entre los ciudadanos más acomodados y tras las Reformas de Mario, los centuriones pasaron a ser elegidos en base al mérito y logros, soldados que más destacaron en el campo de batalla. Los centuriones elegían a su optio, oficial que serviría como su segundo al mando. Una de su característica más particular es la rama retorcida que solían portar. Esta se denominaba como la vitis y era utilizada tanto para dar señales visuales a sus hombres como para administrar castigos.

No todos los centuriones eran iguales. Los centuriones que comandaban las centurias más importantes eran considerados de mayor jerarquía. Algunos centuriones eran ascendidos a puestos de incluso mayor jerarquía, llegándose a convertirse en tribunos y prefectos. No obstante, hubo un centurión de orígenes humildes que llegó a a la cima del Imperio Romano. El emperador Maximino el Tracio, hijo de campesinos, aclamado emperador por la guardia pretoriana.

Os dejamos disfrutando de una unos videos. En uno recordaremos el día de la Romanidad gracias  a la Asociación Amigos del Monasterio y Centuria Romana de Santiponce. En otro, recordaremos la Semana Escolar Romana de la edición pasada gracias al CEIP Josefa Frías.

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